jueves, 25 de junio de 2009

Las setas de la Encarnación, la torre Pelli y la biblioteca del Prado


Casi dos meses sin escribir en este blog me han dado para reflexionar más tranquilamente sobre la ciudad que vivimos y construimos. En estos días miembros de Unesco debaten sobre patrimonio en una ciudad que como mejor patrimonio en estos últimos años está recuperando el espacio público para las personas. Y en estos días tres iconos de la Sevilla del siglo XXI están siendo cuestionados por los que aún añoran la misera de los corrales de vecinos y no su valor etnográfico. Las setas de la Encarnación, la torre Pelli y la biblioteca del Prado por citar los tres ejemplos más de actualidad están siendo cuestionados por una conservadora parte de la ciudad, donde incluyo a esos jueces que son capaces de decir que una biblioteca pública en un jardín no es un servicio público. Yo creo que una ciudad moderna que con poco mas de setecientos mil habitantes es capaz de liderar un debate basado en un salto de calidad de su arquitectura ya merece la pena para vivir. Sevilla no es una ciudad de postal ni de cartón piedra, a pesar de que a algunos les interese. Y no está reñida la Giralda con la torre Pelli ni el Prado con la biblioteca. Y puestos a elegir prefiero las setas de la Encarnación que la horrenda arquitectura de la calle Imagen.
Pocas ciudades de la dimensión de Sevilla tienen ahora en marcha proyectos arquitectónicos tan singulares. Es necesario un poco de altura de miras y no caer en ese provincianismo que se encadenaban contra la peatonalización en su día de la calle Tetuán para luego callar cuando era la más rentable del centro, como está ocurriendo con la Avenida y ocurrirá con Asunción. Espero que la Unesco tenga visión de gran ciudad que debe tener Sevilla y permita que sigamos avanzando y no estancándonos como a algunos les gustaría. Tenemos la obligación de dejar al futuro la arquitectura de nuestro tiempo, como otros nos dejaron la del 29 de la que afortunadamente vive turísticamente la ciudad, pero hoy no tiene sentido hacer la del 29 en pleno siglo XXI.