La noticia curiosa de la semana
no deja de ser la denominada “expropiación de artículos de primera necesidad”
protagonizada por el mesiánico Juan Manuel Sánchez Gordillo en Écija y Arcos.
El personaje ya nos tiene
acostumbrados todos los meses de agosto a sus numeritos mediáticos, basta con
repasar las hemerotecas, y parece mentira que una persona que está formada para
formar a los demás, como profesor de escuela que es, no se de cuenta de lo
ridículo de sus actuaciones.
El asalto a los supermercados sin
embargo está ya en el culmen de la demagogia y del delito. Este Robín Hood con
pañuelo palestino no es capaz de distinguir en su sesera la diferencia entre un
Estado de Derecho y una república bananera. Sus actuaciones siempre están más
inclinadas a la república bananera. Ninguna crisis económica ni social puede
justificar en estos momentos que un dirigente público –diputado y alcalde-
fomente el asalto y el robo. De todas formas él, muy valiente por cierto, no
entró en los supermercados, sino que se quedo en la puerta manipulando a sus
seguidores y por supuesto buscando la foto.
Es ciertamente lamentable que un
diputado fomente este tipo de actitudes. Hace bien cada supermercado con
denunciar al instigador de esta acción y llevarlo a los tribunales. Ha inducido
a cometer un delito y eso debe estar perseguido por los jueces.
Pero además de la responsabilidad
jurídica hay otra que no podemos obviar y es la responsabilidad política. Si
Sánchez Gordillo cree que estas actitudes van a provocar una reacción ciudadana
hacia su singular política de izquierdas es que es más tonto de lo que parece. A
Sánchez Gordillo se le ha venido endiosando con sus extravagancias. Y en el
fondo lo que hemos venido haciendo es crear un monstruo sin cabeza, en todos
los sentidos, que está haciendo un gran daño a la clase política, a la
democracia y a Andalucía, convertida siempre en noticia hazmerreir en los
medios nacionales gracias a tipos como este.
Y en la responsabilidad política
está también su pertenencia a una formación política que en estos momentos
gobierna en coalición. Diego Valderas, vicepresidente del Gobierno andaluz y
coordinador general de Izquierda Unida, debe despegarse de este tipo de gente
que tanto daño hace a Andalucía. Ya en la toma de posesión como diputado el
propio Valderas sonreía ante la fórmula empleada por el alcalde de Marinaleda,
sintiendo quizás vergüenza. Ahora, tras la faceta de atracador de Sánchez
Gordillo, debe sentir más vergüenza aun. Una fuerza política que quiere optar a
tener credibilidad y ser opción de Gobierno o realidad como ya lo es, no puede
tener a salteadores de supermercados en sus filas.
Sánchez Gordillo, que fue
coherente votando en contra del acuerdo de Gobierno en la Junta, debería ser ya
expedientado y expulsado de su formación política. Izquierda Unida tiene una
oportunidad de oro para quitarse de encima a estos mesiánicos que no tienen los
pies en la tierra y no respetan las normas más elementales de la democracia.
Si defendemos que los corruptos,
por delincuentes, deben ser expulsados de los partidos y llevados ante los
tribunales también debemos defender que los instigadores de atracos a
supermercados deben tener el mismo final.
La última encuesta del CIS sigue
evidenciando que los españoles cada vez están más lejos de creer en sus
políticos y esto es muy negativo porque pone en riesgo la convivencia
democrática y acaba trayendo a los Berlusconi de turno como salvadores de la
patria, cuando en realidad solo son salvadores de su bolsillo.
Sánchez Gordillo ha hecho un daño
enorme a la democracia con estas actitudes delictivas y además ha masacrado la
imagen de Andalucía en España.
No se puede quedar todo en una
afirmación del presidente Griñan en twiter diciendo que le parece una
barbaridad que asalte supermercados. Creo que el propio presidente del
Parlamento Andaluz debe tomar cartas en el asunto.
Sánchez Gordillo no se puede ir
de rositas de ésta. Ya llevamos muchos veranos aguantando sus payasadas, el que
fuera el hazmerreir de todos, pero ahora ha pasado la línea del respeto
instigando a cometer un delito.
Y por cierto, su carácter
altruista de donar alimentos a ONG ya lo vienen haciendo hace mucho tiempo las
propias cadenas de supermercados, o Cáritas, u otras muchas organizaciones a
las que nunca les ha hecho numeritos mediáticos para ayudar a los necesitados.
La política con mayúscula se
cambia con políticas. Eso es lo que está haciendo el Gobierno andaluz comandado
por Griñan para combatir las medidas impopulares del Gobierno de Rajoy. No se
hace política con asaltos. Al menos no la hacen los demócratas. Me gustaría
haber visto a Sánchez Gordillo haciendo esto en su querida Cuba, donde se sigue
pasando hambre y miseria en la población. Pero allí no se atreve. Su valentía
solo la muestra cuando hay cámaras delante.
De momento la acción majareta y
falta de respeto de Sánchez Gordillo se ha encontrado con el acierto del
Ministerio del Interior que al dia siguiente ha ordenado la detención de todos
los que asaltaron los supermercados y ha pedido al Ministerio de Justicia que
ordene investigar a la Fiscalía.
Está claro que el fin no
justifica los medios. Ya se ha dado el paso policial y judicial, Ahora solo
falta el político. Griñan debe exigir a su socio de gobierno contundencia y
Valderas debe ser ejemplar con estas conductas. De ellos depende que los
españoles puedan comenzar a creer en los políticos. Si Sánchez Gordillo sale
impune de este asalto, el sistema democrático estará más en peligro que con la
propia crisis económica.
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