sábado, 28 de diciembre de 2013

La Giralda.....y Sevilla

Permanece altiva desde hace siglos. Ningún terremoto pudo con ella. Es el referente de muchos. La recuerdo un 4 de diciembre con la bandera andaluza colgada desde su campanario renacentista, llamando al renacimiento del pueblo andaluz, Y en mi retina las luminarias de la boda de una Infanta. Símbolo de culturas y religiones. Construida por los musulmanes vio en su balconada asomarse a un Papa. En su campanario oímos ministriles y recuperamos las lágrimas de San Pedro por obra y gracia de un cántabro  que consiguió llenar de Sol sus vetustos ladrillos. Es el símbolo de una ciudad, y me atrevo a decir que de un país. Enseñas su foto fuera de nuestras fronteras y primero te dicen España y luego Sevilla. Algunos cortos de mente han llegado a creer que la Torre Pelli le haría sombra. Ilusos. Su grandeza no está en su altura, sino en su belleza innata. Su sencillez la hace grande, inconmesurable. Nunca un edificio fue capaz de enamorar tanto ni de hacer sentir tanto y se añora cuando se vive lejos de ella. En muchas ocasiones curó nuestra ansiedad paseando a su sombra y otras veces agrandó nuestro espíritu siendo el marco ideal para ver a sus pies a la Macarena.
Es joven en la mañana del quince de agosto, veterana en la cuaresma y serena en Navidad. La mires de donde la mires siempre la encontrarás de frente. ¿Te busca o la buscas? Qué mas da, en el fondo lo que deseas es verla y mirarla. Cada vez que la veas será como la primera. Tu corazón se agitará mientras ella permanece serena señalando donde está la Gloria. Pero no se equivoquen la Gloria no está arriba sino donde ella nació para quedarse para siempre. La Gloria es Sevilla y ella es la Giralda.

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